Situado en un vergel de naturaleza excepcional y salvaje, el Château d'Ayres seduce ya de entrada por su aura particular. A lo largo de la historia ha sido destruido múltiples veces, pero siempre ha encontrado benefactores seducidos por este lugar único. Recibió, entre otras figuras ilustres, las visitas repetidas de la reina Blanca de Castilla. El canciller Adénauer y el general De Gaulle también se alojaron ahí con frecuencia.
Habitaciones cálidas y refinadas como antaño, una mesa con los perfumes naturales y delicados de la región de Lozère, un lago, piscina y pista de tenis (disponibles de forma gratuita), salones al aire libre con césped, rutas ecuestres, rincones secretos a la sombra...
Este multifacético castillo te ofrece, en un marco histórico, todo el confort de una hostelería con encanto y calidad.