Portugal se ha ido convirtiendo poco a poco en un destino perfecto para aprovechar el fin de semana, siendo Lisboa uno de los mayores tesoros de la geografía portuguesa. La capital lusa está llena de sorpresas para el visitante, pero si solo dispones de un par de días para relajarte, prepara tu réflex para inmortalizar estos cinco sitios imprescindibles:
El puente 25 de abril
Además de que se trata del puente colgante más alto y largo de Europa, lo que realmente te llamará la atención de esta estructura metálica es su parecido con el Golden Gate. De hecho, es ideal si quieres un selfie desde la desembocadura del Tajo con aire californiano: una oportunidad única para incluir la bahía de San Francisco en tu Instagram sin salir de la península ibérica.
Súbete a un 'carris'
Si piensas en Lisboa, seguro que te viene a la mente uno de sus tranvías, con su característico color amarillo. Son únicos en muchos sentidos y no encontrarás fácilmente un medio de transporte similar en otras ciudades turísticas, así que merece la pena subirse a uno y dejar que te dé una vuelta por los barrios más emblemáticos de la capital lisboeta.
Alfama y sus vistas
Hablando de barrios míticos en Lisboa, hay que mencionar el de Alfama, con una catedral románica en perfecto estado de conservación y un castillo medieval que data del siglo VIII. Su ubicación en la cima de la colina de San Jorge es ideal para inmortalizar la visita con una panorámica de la ciudad desde uno de los miradores más preciados por los lisboetas.
El distrito de Belém
Alfama tiene las vistas, Belém tiene los iconos lisboetas. Uno de ellos es la famosa torre de Belém, fotografiada millones de veces y protagonista de portadas de guías turísticas, quizá por su ubicación en plena desembocadura del Tajo. Si buscas un lugar para disfrutar de una puesta de sol inolvidable al frescor de la brisa atlántica, esta estructura de estilo manuelino te enamorará.
El elevador de Carmo
¿Quieres una mezcla de todo lo anterior? Existe un medio de transporte original que te lleva a barrios con encanto y tiene unas vistas preciosas: el elevador de Santa Justa. No solo se trata de una forma rápida de pasar de la parte alta a la parte baja de Lisboa; además está considerado por los propios lisboetas como uno de los miradores imprescindibles de la capital lusa, con unas vistas impresionantes de La Baixa.