La Navidad es para emocionarse. Tienes esos días libres para desconectar de las obligaciones y dedicarte en cuerpo y alma a tus seres queridos… ¡o a ese niño pequeño que sigue ahí dentro!
Volver a la infancia forma parte de la magia navideña, así como disfrutar de un chocolate caliente con los amigos, de los alumbrados multicolor con la familia ¡y de los mercadillos navideños!
Mercado navideño de Amberes (Bélgica)
Puestecitos de madera, adornos tradicionales y luces de colores por todos lados es lo que te espera en el Grote Markt, el mercado navideño belga por excelencia. Su punto fuerte: ¡una pista de patinaje de 200 metros!
Mercado navideño en Maastricht (Holanda)
Los holandeses también saben montar mercados navideños, perfectos para sacar a ese pequeñajo interior que lleva todo el año encerrado en tu mente. Olvídate del trabajo y móntate en la noria gigante del Magisch Maastricht.
Por cierto, el mercado de Maastricht también tiene alumbrados fascinantes… ¡y una pista de patinaje sobre hielo!
Mercado navideño en Aachen (Alemania)
Puede que no lo sepas, pero Aachen es una ciudad con esencia capitalina. Fue, ni más ni menos, el centro neurálgico del Sacro Imperio Románico Germánico; y eso se nota en la belleza de sus calles, de sus edificios históricos y, por supuesto, en su mercadillo navideño.
Si a tu niño interior le va la historia y el pan de jengibre, ya sabes: ¡tienes una cita navideña en la Marktplatz!
Mercado navideño en Colmar (Francia)
Mira que Papá Noel es nórdico, pero dicen que el mejor mercado navideño de Europa está en Francia. Concretamente, en Colmar. Desde luego, la estampa de este pueblecito alsaciano es idílica.
Si no vuelves a la infancia, como mínimo tu lado romántico despertará con sus casas y su pequeña Venecia. ¡Es un destino navideño perfecto para compartirlo en pareja!