Por su bajo nivel de exigencia y su ambiente tranquilo, los dos últimos tramos de la vía verde del valle de Zafán son excelentes para una escapada en familia. Súbete con los críos a la bici y sigue al Ebro a golpe de pedal en su camino hacia el Mediterráneo. Aire puro, buena comida, paisajes naturales, ejercicio moderado y mucho relax… ¿Tienes un plan mejor para el fin de semana?
Recorriendo la Terra Alta
Tras el primer tramo de la vía verde del valle de Zafán, los parajes de Aragón dan paso a los paisajes catalanes. Al otro lado del cauce del Algars, la antigua estación de Arnes-Lledó marca el comienzo del camino de la Terra Alta. Aprovecha la proximidad de la localidad de Arnés, alojándote en el hotel Vilar Rural, con su media pensión y sus cómodas habitaciones cuádruples.
Es perfecto para que toda la familia descanse y se llene de energía para pedalear a gusto. Además, alquilan bicis y ofrecen información detallada sobre la vía verde. Si no dispones de mucho tiempo, puedes apuntarte con los peques a las excursiones que organizan, con rutas de unas tres horas. ¿Os saben a poco tres horas? Pues seguid pedaleando por vuestra cuenta.
Os esperan infinidad de paisajes naturales. Montañas no faltan en los primeros kilómetros del tramo de la Terra Alta, como la de Santa Bárbara o la de Muela d’en Canar. Impresiona verlas, aunque más emocionante es atravesarlas, dejando atrás túneles, viaductos, barrancos y estaciones que parecen congeladas en el tiempo. Y de fondo, la silueta de una sierra que no parece tener fin.
Ruta del Baix Ebre
Siguiendo el cauce del Canaletes, la meta es fácil de alcanzar. Gracias a la baja exigencia del camino, una tarde basta para cubrir los poco más de 20 kilómetros de vía verde que atraviesa el parque natural dels Ports. El destino: Tortosa, final de etapa para la ruta de la Terra Alta y punto de partida del tercer y último tramo de la vía verde del valle de Zafán. Pero antes, toca descansar.
La ruta del Baix Ebre es igual de accesible para toda la familia, con un recorrido relativamente llano y una distancia que roza los 30 kilómetros. Hay quien recorre ambos tramos en un día, pero si vas con los peques es mejor tomárselo con calma. Puedes alojarte en el centro de Tortosa a buen precio, aunque Xerta también es una buena opción para acabar la primera jornada de la escapada entre campos frutales.
Es un buen plan si prefieres dar un ‘paseo rural’ antes de cenar en un hotel de lujo y recargar las pilas en una habitación de cinco estrellas. Por supuesto, las vistas al Ebro también son un aliciente.
Elijas lo que elijas, la cuestión es descansar bien, que la segunda jornada promete, y mucho. Hasta el mirador del azud de Xerta, los túneles y los viaductos se suceden en un entorno espectacular, nutrido de masías, huertas y estaciones que cayeron en desuso hace tiempo. La paz es absoluta, con el silencio como banda sonora y el cauce del Ebro de fondo.